jueves, 21 de octubre de 2010

Veneno con plumas

Este fin de semana tengo salida nocturna con mis amigas en perfecto Akelarre: sin niños, sin pareja, sin horario... Y, aunque nos vemos con relativa frecuencia, la del viernes me hace especial ilusión porque hace tiempo que no paseamos los tacones...Los tenemos todas a punto. Esto es muy de tía, no lo voy a negar. Se reduce a que nos vamos a reír hasta del apuntador, confesar nuestros últimos descubrimientos y reconocer a lo debutantes que nos descubrieron. Sin mucho aspaviento, pero con mucha ironía. Puede hasta que nos dejemos caer tentando varias suertes... Y tan cinematográfico que el  film sería un éxito igual de efímero que todas las comedias de mujeres con las que pretenden retratar a la mujer de más de treinta y menos de cincuenta. Y de La Tana Cé que haga la Bellucci, que me pone hasta a mí. 


Lástima que  también  se ha producido cambio de gobierno y me han plantado en Sanidad a la Pajín quien entre otras lindezas cree en influencias supradivinas que iluminan a Zapatero y me parece la Soraya Sáenz de Santamaría del PSOE. Que tampoco la soporto. Así que llevo unos días terrible. Normal, tengo un hijo con otitis contínuas, un padre que vive en los "Mundos de Yupi" y Mi Canalla es hipocondríaco. Y la Ministra de Sanidad luce "Power Balance"... 


Menos mal que también tengo un lado muy de tío. Sí, mi hermana y yo tenemos un no sé qué masculino que en su caso se ha transformado en un punto seductor cargado de sensatez y estilo y en el mío se ha quedado en una parte un poco más burda,  pelín poligonera a veces pero que también tiene su aquél. Y esta noche, a pesar de que estoy de canguro, he visto el partido del Atléti. Y me da cosa, yo soy futbolera pero se supone que me gusta ver los partidos acompañada, no sola cenando fruta con queso... 


Menos mal que mañana salgo con la tropa y ellas me reconducirán por el buen camino. Sólo esas mujeres podrían afilar mi lengua y sacar veneno de tanta irresponsabilidad, la del gobierno y  mi pataleta. A la Pajín la pondremos a caer de un guindo con la elegancia y maldad femenina que nos caracterizan mientras paseamos palmito. Y al Atléti le sacaremos partido aunque sea a cuento de un plumas negro divino que había en el banquillo. Que todo tiene truco y no sólo han ganado 3-0...

lunes, 11 de octubre de 2010

Una de cuernos

Un tipo le pone los cuernos a su mujer con una desconocida. Está buena, le parece graciosa, tiene desparpajo y un pelín de caradura. No tiene nada que ver con la esposa que duerme a su lado, amargada porque su vida es sólo fachada. O simplemente porque le aburre soberanamente ser su esposa, que todo puede ser... La desconocida se deja conocer, quedan para cenar, se cuentan la vida y terminan follando. Aunque haya que entrar en un hotel del centro de la ciudad, registrarse por unas horas y descubrir lo cómodas que son las camas de los Room Mate. Que lo son.

Otra mujer está enamorada de su pareja pero se siente atraída por un colega de profesión en el que no había reparado. Ni siquiera había oído hablar de él. Pero de repente se conocen en una reunión de la empresa y mes y medio más tarde follan. Puede que repitan un par más pero no se enamoran. Es sexo, diversión y complicidad, exactamente igual que con sus respectivas parejas. Porque son felices. Sólo que entre estos dos compañeros de trabajo que se acuestan no hay obligaciones; eso da muchos puntos y de golpe.

Estoy segura de que a nuestro alrededor hay infinidad de historias parecidas. Cambian las tramas y los personajes pero no nos libramos, estamos rodeados. Unas veces son el inicio de otra historia de amor, aunque casi siempre se quedan en un episodio más.Si somos uno de los personajes actuamos de una manera y si, simplemente somos espectadores, lo hacemos de otra. Que los cuernos siempre joden, qué coño. Pero tenemos que vivir con ellos, forman parte de nuestras vidas. Y unas veces ni nos salpican y otras nos ahogan sin remedio.

Y ahora para rematarlo, a la Esteban le han puesto los cuernos, lo cual ha saciado a muchas personas que no tenían cuernos en su casa. Catódicas raciones de tertulias televisivas dando todo lujo de detalles del ultraje a la futura diputada, que ésta se nos presenta fijo. Tiembla Rajoy que te va a quitar mucho voto, pero que mucho voto. Pero si aún así no pones los cuernos ni te los ponen y no te interesa el culebrón de la telebasura, no te preocupes: seguro que tienes una amiga que te monta un quilombo enrollándose con el marido de otra de la panda. O tu hermano se enrolla con la vecina de la urbanización, que para eso están los amigos.

Al fin y al cabo se trata sólo de cuernos.Y no son tan importantes.